USTED PREGUNTARÁ POR QUÉ CORREMOS
(a Mario Benedetti...un fenómeno que nunca corrió una carrera)
Si el frío nos perfora hasta los huesos
y el sol va quemando nuestros planes.
Si el viento nos devuelve hacia el principio
y el desaliento esconde los finales...
...usted preguntará por qué corremos.
Si cada cuesta cuesta hasta el ahogo
y en la pendiente pendiente está el desplome.
Si los aires ya no son los del comienzo
y la ruta es una sucesión de murallones...
...usted preguntará por qué corremos.
Si el aire disminuye hasta la asfixia
y respirar se torna un desafío.
Si la sed reseca los caminos
y nos asaltan los fríos y resfríos...
...usted preguntará por qué corremos.
Corremos porque el paso no es bastante
y no es bastante el canto ni la risa.
Corremos por los cuerdos que extrañados
ven pasar a los locos con su prisa.
Corremos en un mundo muy sensato
regido por la típica cordura.
Corremos cada loco reclamando,
el derecho al paréntesis que cura.
¡El derecho irrenunciable a la locura!
Usted...¿Insiste una vez más en preguntar?
Corremos, señor...téngalo claro,
porque no nos enseñaron a volar.
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