sábado, 14 de marzo de 2009

Porto Alegre 2008 por Eduardo Mata

Mi experiencia

en la 25º Maratón Internacional de Porto Alegre 2008


El viernes 23 de Mayo, 9:30 de la mañana llegamos a Porto Alegre luego de un viaje sin problemas, desayunamos, nos instalamos, descansamos 1h y fuimos en grupo a hacer un regenerativo a las 11:30 hs. Trotamos 40’ por un parque cercano y parte de la rambla sobre el Lago Guaiba, estiramos y regresamos al hotel para ducharnos y almorzar. Todo 10 pts a 2 días del maratón, la temperatura era de 26º calor y mucha humedad.
Sábado 24, descanso total. En la mañana fuimos a levantar los kits (chip, camiseta, gel, número, cereales, etc.), al gimnasio de la brigada militar. Mucho descontrol, dos cuadras de cola. Nos salvamos de la misma, por la excelente organización de los Coyotes. (Gracias: Pablo, Andrés, Leo, Vero etc.). Luego retornamos al hotel, almorzamos y descansamos.
En la tarde, el ómnibus al igual que en la mañana nos trasladó a la “Pastas Party” en el Rancho Criollo, al lado de la largada y a 8 cuadras del hotel. Mucha gente, comida libre, bebidas pagas y un espectáculo que no duró más de 10 minutos, a cargo de un gaucho medio amanerado. Fin de la velada, retorno al hotel y caminata con Mauricio y Ángel (mis compas de habitación) hasta la rodoviaria.
A las 10 retornamos a dormir para estar fuertes en el día indicado.
El domingo 25 nos levantamos a las 5 de la mañana, desayunamos y salimos del hotel a las 6:20, en grupos, caminando hasta la largada, reitero a 8 cuadras del hotel.
Luego de las fotos de rigor comenzamos con Ángel a calentar sin problemas. A las 7 hs largaron las damas, 7:10 los discapacitados y a las 7:20 nosotros, luego de dejarle los abrigos a Mauricio, un fenómeno en todo sentido, que además nos sacó fotos y alentó en todo momento.
Con 12º de temperatura, largué sin apuros, como estaba planeado y tratando de promediar los 4 min. 30’’ por Km. Objetivo logrado, a partir del Km. 3 aprox.
Durante los próximos 25 Km. corrimos a la par con Miguel, de los Corredores de las Sierras y nos controlamos y alentamos mutuamente.
El circuito fue relativamente plano, con una sola cuesta mediana en una autopista a la altura del Km. 5 aprox. Al llegar a la av. Ipiranga una doble vía que en el medio en lugar de cantero tiene un arroyo, comenzó una pequeña y tenue llovizna. A la altura del Km. 15 aprox. ví por primera vez por la vía de en frente a Ángel que venía con excelente acción.
Desde el Km. 28 en adelante sigo solo (Miguel aflojó un poco), controlándome el promedio sin problemas.
En el Km. 31 me esperaba Mauricio, con el mejor aliento, al grito ¡Dale Eduardo que vas bien! Y sacándome fotos para la posteridad.
El primer síntoma de cansancio, de la cintura hacia abajo, surge luego del Km. 34. Comienzo a sentir pesadas las piernas y lamentablemente, aunque en forma gradual, bajé el buen ritmo con el que había llegado hasta allí. A partir de ese momento, saqué toda la garra o como se le quiera llamar a la rebeldía interior.
En el Km. 37 me cruzo con Angelito (él iba en el 40) a solo 2 Km. de la llegada nuevamente gritos de aliento y a seguir. Desde ese momento en adelante se viene la parte más difícil de la prueba. Tirándome toda el agua que puedo encima y bebiendo (como en TODOS los puestos anteriores) agua y Gatorade, es que llego a la rotonda final de la recta, pasando el Beira Río y por fin me encamino hacia la recta opuesta y los 3 Km. finales. Como me pasó antes con Ángel, ahora me cruzo con muchos uruguayos que vienen haciendo los Km. 37 y 38 y con gritos nos alentamos mutuamente.
Por fin a unos 500 mts de la tan ansiada meta, comienzo a divisar el entorno magnifico de la llegada; mucha gente, bullicio, excitación y alegría. A solo 200 mts de la culminación, me espera uno de los culpables (el principal) de que yo pudiera terminar bien mi primer maratón. El Profe Mauricio Ramirez, que al grito de: ¡vamos!, que cumplimos el objetivo, por el cual hemos trabajado. Como si esto fuera poco, el Mauri corre conmigo unos mts y me da la bandera uruguaya, para que entre festejos de un grupo de compatriotas y amigos, con algunos compañeros de viaje reciba el empujón anímico final para cruzar la meta en 3hs, 13’, 54’’.
Con las piernas doloridas, muy satisfecho por la tarea cumplida y con un pequeño, muy pequeño, saborcillo amargo por no haber podido mantener el promedio en los Km. finales, por falta de piernas, es que me abrazo con Ángel. Como lo habíamos acordado me estaba esperando para retornar al hotel. Conjuntamente con Mauricio me transmiten, compañerismo, aliento y felicitaciones. Aunque en ese momento aún no lo supiera, “El Cóndor de la Aduana” había salido 2º en su categoría, dejando bien clara su clase, como en tantas veces anteriores por las calles de la capital Gaucha.
Lo demás, es reiterado, hidratación, fruta y retorno al hotel, ya sintiendo frío. Mauricio se queda a esperar a Verónica (Coyote), compañera de entrenamiento que tuvo una muy buena actuación. Más tarde ya bañados y algo repuestos, volvemos del hotel a la ceremonia de premiación. Dos cuadras antes de llegar a la misma, que ya había comenzado, nos enteramos a través del uruguayo Gradín del 2º puesto de Ángel. Luego de presenciar la premiación de otras categorías, viene la segunda alegría rutera. Susana Camarota ganó su categoría. Pudimos verla en lo más alto del podio y fotografiarla, otra gran satisfacción.
Luego de algunas idas y venidas para poder juntarse con el dinero, que les correspondía por sus triunfos, Susana, Ángel, Carlitos (esposo triunfador) y el chico Luis Noguéz, 14º en la Gral. y 2º en su categoría, retornaron al hotel para luego de la ducha reparadora, almorzar y festejar juntos la mayoría de los uruguayos que viajamos en el bus de los Coyotes.
Linda experiencia, para debutar en la mítica carrera de 42 km.
Me queda el sabor muy dulce y el recuerdo para los que me apoyaron, de diferentes maneras. La familia, Ivonne y Fio, siempre al lado en las buenas y en las otras, TODOS LOS RUTEROS 60, especialmente el “NEGRO JAVIER”, sin el, sus palabras, sus amistosas charlas, y sus consejos, quien esto escribe, seguiría solo, saltando pozos por av. Italia, 2 o 3 veces por semana, “porque para más no me da el físico, entendés”. Un agradecimiento grande vaya también para el entrenador-amigo Mauricio Ramirez, por todo el trabajo físico y de mentalización que hizo con este ansioso, seudo-corredor, veterano.
Espero que puedan entender, mis vivencias, pese a mi torpeza, en esta invalorable experiencia.
Un abrazo para todos, Eduardo Matta.

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